Noticia facilitada por SEIDOR
La tecnología impulsará una nueva normalidad saludable, sostenible e inteligente.
En una sociedad bajo amenaza, nos refugiamos en la esencia que nos une: los lazos de solidaridad entre personas. Las organizaciones impulsaron, durante lo más cruento de la pandemia, acciones que reforzaron un impacto positivo en sus respectivos entornos, poniendo en valor a sus equipos y desarrollando modelos de gestión donde se tuviera en cuenta aspectos como la conciliación o la flexibilidad, cuidando así la salud de las personas que empleaban. Sabían que, en momentos de crisis, mantener los vínculos emocionales son fundamentales para recomponerse.
Esta reacción colectiva y toma de conciencia social no es casual. La vuelta a la esencia del ser humano marca también el futuro de las organizaciones. Todas las personas nos hemos visto sacudidas. Las comunidades de consumidores han experimentado un despertar de la conciencia, más concienciadas sobre nuestra finitud y la importancia de una comunión entre ser humano y naturaleza, valorando el impacto de las empresas en sus entornos inmediatos. Organizaciones responsables, comandadas bajo unas directrices éticas y cuya honestidad y transparencia sean demostradas a diario, ha afianzado durante estos largos meses los lazos con sus públicos objetivos.
Y en este contexto, la sostenibilidad se ha convertido en un todo. Ya no atañe solo, como aún piensan muchas personas, a un asunto exclusivamente medioambiental -que también-, atañe a una manera de entender el modelo organizacional de las compañías. Una organización sostenible es aquella capaz de optimizar sus procesos, ser ágil a la hora de transformarse y exhibir preocupación por fidelizar su talento, al final, las personas que definen la organización.
La nueva normalidad tecnológica
La propuesta de Seidor es usar la tecnología como palanca transformadora, siendo muy conscientes de que la tecnología es una herramienta -quizás la mejor de la que dispone el ser humano- pero el verdadero espíritu transformador reside en las personas. Durante el Fórum AUSAPE tenemos una ventana inigualable, la oportunidad de explicar por qué la tecnología influye en procesos netamente humanos y cómo esa transformación ha de tener una orientación estratégica más allá del puro valor del negocio. De poco valen las bases de datos sin una gestión transparente, de poco vale optimizar un proceso de distribución si no respeta a todas las partes implicadas, de poco vale tener al cliente más cerca si no lo respeta en el fondo y en la forma.
Generar valor social
No es casual que las necesidades de estas organizaciones tengan un fondo sostenible en la mayoría de los casos, como tampoco es casual que la respuesta de Seidor sea proporcionarle inteligencia colectiva alineándose con sus valores.
Como podemos comprobar, el ecosistema empresarial va en una dirección inequívoca, la de negocios con un propósito que genere valor social, con sistemas de gestión éticos y visión a medio y largo plazo. No se trata de una tendencia, no es una moda comunicativa, es, sencillamente, la nueva normalidad.
¿Hasta qué punto ha influido un impacto del calado de la pandemia? No lo sabemos si esta coyuntura responde a inercias preexistentes, lo que sí sabemos es que la crisis sanitaria ha acelerado todos los procesos y ha impulsado a organizaciones a menudo estáticas a tomar decisiones. El temor al cambio se ha volatilizado en una realidad donde la toma de decisiones era una obligación.
En definitiva, las empresas se están transformando y la realidad ya no bifurca a negocios y sociedad en dos universos paralelos. Este nuevo escenario nos conduce a las empresas que trabajamos con tecnología a elevar más si cabe nuestra excelencia y a conectar nuestro propósito con el propósito de otras organizaciones, propiciando entornos de crecimiento común y velando por un futuro sostenible.
22a Festibity
Maig de 2025